El gobierno de EEUU echa el cierre. ¿Y ahora qué?

Esta madrugada, a las 06:00 am hora española (12:00 am en EEUU) se hizo oficial el cierre del gobierno norteamericano, después de que no se llegase a un acuerdo en los presupuestos generales estadounidenses, concretamente en materia sobre regulaciones de precios en fármacos y sobre el presupuesto de MedicAid, programa de seguros médicos para gente necesitada establecido por el presidente demócrata Lyndon B. Johnson en 1965 como parte de un conjunto de medidas de seguridad social.

Tras una sucesión de votaciones infructíferas, con resultados 55-45 y 53-47 (republicanos-demócratas) y sin llegar a los 60 votos requeridos para sacar la partida presupuestaria a delante el gobierno ha echado el cierre temporalmente, lo que supone que se congelen los sueldos de aproximadamente 800.000 funcionarios del estado considerados como «no esenciales».

Durante el cierre, diversos servicios públicos no prioritarios dejan de recibir financiación estatal hasta que no se aprueben unos nuevos presupuestos. Solo elementos como el Servicio de Meteorología Estatal, los servicios médicos federales, el servicio postal, las fuerzas armadas, las prisiones y el control aéreo norteamericano están considerados como esenciales, por lo que son los únicos que continuarán activos.

Para las escuelas, recogida de basura, oficinas estatales y de pasaportes y otros servicios públicos no esenciales el cierre implica un paro indefinido, sin ningún tipo de prestación o compensación a lo largo de la duración del cierre gubernamental. Además, a pesar de que los servicios considerados como esenciales se mantienen, en ciertas ocasiones el sueldo percibido tras el cierre puede ser menor al que debería ser normalmente, cosa que ya ha acontecido en cierres previos.

Respecto al impacto económico podemos decir que las consecuencias son variables. Es cierto que afecta directamente a los cerca de 800.000 funcionarios que no percibirán sueldo mientras dure el cierre, pero esto suele ser algo temporal que no causa un grave impacto en la economía nacional a largo plazo.

Ejemplo de esto fue el último cierre del gobierno, acontecido en el año 2019 durante la pasada presidencia de Donald Trump. En aquel caso, el cierre fue debido a la negativa demócrata para aceptar una partida presupuestaria destinada a la construcción del muro para prevenir la inmigración ilegal proveniente de México y tuvo una duración total de 35 días, el cierre gubernamental americano más largo de la historia.

A pesar de ello, dicho cierre no tuvo un gran impacto en la economía nacional a nivel bursátil, que a pesar de experimentar una caída de 300 puntos en el índice SP500, este se recuperó poco después.

Índice SP500 durante el cierre gubernamental de 2019 (Fuente Investing.com)

Independientemente de esto la situación actual no tiene por qué ser similar, ya que tras el cierre del gobierno el presidente Trump dió una rueda de prensa donde presentó una serie de conceptos que hicieron saltar las alarmas entre los demócratas. «The war from within» o la guerra interna, así definía Trump la situación actual en EEUU, donde explica que «es una guerra más difícil de luchar, ya que los enemigos no llevan uniforme», refiriéndose a los demócratas e inmigrantes.

Durante la rueda de prensa, Trump ha confirmado el despliegue de la Guardia Nacional en Chicago (tradicionalmente demócrata), acompañando el anuncio con un «deberíamos usar algunas de esas peligrosas ciudades como campo de entrenamiento».

Además, según informa The Economist, el presidente también prepara el despliegue de más tropas en Los Ángeles y en Washington, DC.

Por lo tanto planteamos la reflexión, ¿este despliegue está siendo usado como medida de presión para zarandear el árbol y amedrentar a los demócratas para que cedan con los nuevos presupuestos? ¿o quizás se trata de algo más, como una estrategia de purga interna para tomar el control total?

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